Lamborghini

Automobili Lamborghini Holding S.p.A., comúnmente conocido como Lamborghini (pronunciado [lamboɾˈɡiːni] en italiano2​ y [lamboɾˈɡini] en idioma español,3​ usualmente [lamboɾˈʝini] en España), es un fabricante italiano de automóviles superdeportivos fundado en 1963 por el fabricante de tractores Ferruccio Lamborghini y que actualmente pertenece a la filial de Volkswagen. Algunos de los nombres de sus automóviles hacen referencia a nombres de toros bravos de lidia indultados (Murciélago), famosos o históricos (Diablo, Aventador), o simplemente palabras relacionadas con la tauromaquia (Miura, Espada, Urraco).4​ Ferruccio se instaló en Sant'Agata Bolognese, en Bolonia, a pocos kilómetros de Maranello, para rivalizar con su vecino Enzo Ferrari, a raíz de una discusión por la calidad de sus coches.5​ La empresa original se llamaba Automobili Ferruccio Lamborghini SpA, que derivaba a su vez de la Lamborghini Trattori S.A.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, Ferruccio Lamborghini, que había servido en un destacamento de transporte para el Ejército Italiano, comenzó a comprar sobrantes de vehículos militares para convertirlos en maquinaria agrícola.

Lamborghini

Tal fue el éxito de su nuevo negocio que, en 1960, Lamborghini ya era el tercer fabricante industrial Italiano en el sector de la construcción de maquinaria agrícola, especialmente de tractores. Con las ganancias obtenidas, Ferruccio empezó una vida opulenta, adquiriendo algunas propiedades, y sobre todo muchos coches deportivos como Mercedes, Lancia, Maserati y Ferrari. Era un admirador de Enzo Ferrari por la forma en que mantenía su empresa, pero siempre tuvo una dificultad: Ferruccio tenía problemas mecánicos con sus Ferrari. El motivo en particular, y la gota que colmó el vaso, fue el embrague de su Ferrari 250 GTB. Tras numerosas revisiones en el taller, todavía fallaba. Ferruccio decidió comunicarlo a uno de sus mecánicos, que tras desarmarlo y verificarlo, descubrió que era el mismo que utilizaba en sus tractores, claro que con un precio más alto al estar en un automóvil deportivo, lo que le enfureció. Cansado de tener que soportar estos inconvenientes, entabló una conversación con el mismo Enzo Ferrari que pasó a la historia.